“Empapelando añadimos personalidad y un modo de vida en el hogar”
La historia del papel pintado se remonta a Oriente, concretamente en China donde se fabricaba una ligera pasta mezclando morera, cáñamo y seda que posteriormente se pintaba manualmente para decorar farolillos y cometas. De ahí se pasó a decorar paredes en las casas de los más acaudalados burócratas, siendo a finales del siglo XVI cuando se descubrió en Europa, sustituyendo a tapices bordados carísimos de obtener. En el año 1839 una empresa de estampados Inglesa, patentó una máquina que abarató los costes de la producción del papel pintado, desde entonces hasta nuestra época ha sido un elemento esencial en la decoración de paredes en nuestros hogares.
Existen de muy diversos diseños y colores, florecillas, rayas y dibujos provenzales que nos hacen recordar la campiña francesa o grandes estampados con frocados en terciopelos señoriales y extremados, texturas exóticas que imitan a cueros y pieles transladándonos al continente africano o aquellos con reflejos metálicos y tintes cambiantes, un mundo sin fin.
A la hora de elegir un papel pintado tendremos en cuenta el tamaño de la estancia, la luminosidad y las sensaciones o el impacto que queramos obtener. Las posibilidades son infinitas, hay que descubrirlas.